Apaga el faro de tu bicicleta
Aunque la electricidad que alimenta el faro de tu bici la produzcas tú mismo sin contaminar, apágalo igualmente. Sí, apaga el faro. Esa noche detén tu bicicleta cinco minutos junto al camino y mira las estrellas. Sin faros, sin farolas, sin luces de neón, sin humos, sin contaminación y sin ruidos las estrellas se ven mucho mejor. E incluso se oyen.
El uno de febrero, de las 19:55 a las 20:00 horas (zona horaria +0100 UTC, es decir, la hora de Madrid y París), dale un respiro silencioso a tu mundo y experimenta qué sientes: apaga todas las luces y todos los aparatos eléctricos que no sean imprescindibles durante ese tiempo. Si puedes, mucho mejor, apaga todo.
Y si las previsiones de consumo energético del día se alteran de forma imprevisible y a las 20:00 se produce un apagón, no pasa nada. Sería una muestra más del derroche inmoral al que estamos acostumbrados.
Quizá, después de todo, en solo cinco minutos descubras que normalmente no necesitas tener tantas luces encendidas ni tantos aparatos eléctricos funcionando a tu alrededor. Quizá incluso veas por primera vez la luz de las estrellas con otros ojos.