La bicicleta Anacleta
«La bicicleta Anacleta» es el título de un original cuento que leí en mi infancia, y que aún conservo. En un episodio de aquel cuento Anacleta tuvo que ser transformada en silla de ruedas para ayudar a su dueño.
La bicicleta Anacleta que más de treinta años después lleva el nombre de aquella sigue siendo una bicicleta a pesar de las transformaciones sufridas desde que era una bici todoterreno como las demás. Más de una vez me han preguntado, al verme pedalear en ella, si tengo algún problema en las piernas… No, no, pedaleo así porque es más cómodo. Tan cómodo, pienso, que ya no se me ocurre viajar en una bici «normal», con la postura tan forzada y perjudicial que obliga a adoptar.
Anacleta es una bicicleta reclinada artesanal; la construí en 2003 a partir de mi veterana bici todoterreno Bianchi de 1990. Es una reclinada corta (pues lleva los pedales sobre y delante de la rueda delantera) y de manillar bajo (queda por debajo de las piernas).
En 2004, antes de viajar desde el centro de Castilla hasta el mar por sus propios medios, fue vista varias veces en Pedalibre: Rivas, Cuenca, Las Matas-Colmenar Viejo, Guadalajara, Casa de Campo-Alcorcón… Desde entonces prefiere vagar solitaria, a veces sin perder de vista la costa, a veces por las tierras de Aragón. La foto fue tomada en enero de 2005 durante una excursión cerca del Mediterráneo.