Cambio de planes
A la entrada del pueblo de Buendía, en Guadalajara, una señal indica que es posible ir al «centro urbano», con minúscula, en un sentido; y al «Centro urbano», con mayúscula, en sentido contrario. Ante la duda solo cabe detener la bicicleta, pisar el suelo y reflexionar muy despacio. Por fortuna, en el equipaje no llevo ni prisas ni planes.
Por lo que intuyo, ambos caminos conducen al mismo castillo en el aire, que ha de trocar un poquito, lentamente, mis inexistentes planes.
Entonces elijo destino y doy la primera pedalada del resto del camino.
Y en ese momento vuelve a surgir de algún lugar esa voz olvidada que, bromeando en las tardes, toma prestado aquel verso de Los Secretos para decirme: ¿Qué harás si hay cambio de planes?