Necesito respirar
Si la bicicleta pasa un par de días descansando en un lugar amigo, puede que alguna arañita haga de ella su casa; a la hora de partir hay que tomarla con cuidado y ayudarla a hacer la mudanza a un lugar más seguro.
Pero si la bicicleta queda aparcada en tierra de nadie y pasan los días y las semanas, los cristales de las ventanas alrededor empiezan a oscurecerse, las puertas cerradas empiezan a trabarse, las paredes empiezan a mutar en muros y el aire empieza a faltar. Entonces necesito respirar.
Los veteranos Medina Azahara lo expresaron así en una de sus canciones emblemáticas:
Necesito respirar,
descubrir el aire fresco
y decir cada mañana
que soy libre como el viento.
Hasta que llegue el cercano momento de dar la primera pedalada de la siguiente fase del camino, solo una amistad y unos versos ayudan a no olvidar que esto es solo una breve y última pausa.