Sin rueda
El neumático que estrené en Segovia en setiembre de 2009 reventó hace unos días cerca del Mediterráneo; no tenía muy buena pinta últimamente.
Para sustituirlo tomé un neumático usado que me regalaron, de una vieja bici. Podía quitarse y ponerse con las manos desnudas (una gran ventaja)… pero no en mi bici. Siempre me ha costado mucho quitar y poner neumáticos en mis ruedas (las originales de hacia 1990). Parece que los bordes son algo más altos de lo normal. De hecho esta vez fue imposible desmontar el neumático reventado; al final tuve que serrarlo. Y después, como digo, fue igualmente imposible poner el otro.
No era la primera vez que me ocurría esto (la anterior fue en Casar de Cáceres, Extremadura, en mayo de 2010), pero decidí que sería la última: cambiaría mis viejas y peculiares ruedas por otras en que pudiera poner cualquier neumático con las manos. Pero para poder usar una rueda delantera como trasera y una trasera como delantera, Anacleta lleva unos ejes más largos que los habituales y que es necesario conservar, pero sustituyendo los conos por los de la rueda nueva, pues los conos del eje están hechos a la medida de los rodamientos de la rueda. Esto no fue tan fácil como parecía, al menos para la rueda delantera (la de tracción, en este caso). Tras intentarlo sin éxito con dos ruedas, Anacleta sigue coja; fue imposible separar de su eje alguno de los conos. Aún dispongo de otras dos ruedas traseras más para probar, aunque con seis piñones en lugar de siete. Mejor una rueda con seis piñones que ninguna rueda…
Pero nada de todo esto es la causa de casi dos años de silencio en esta página…