2014-09-16: De Casarrubios del Monte a Cedillo del Condado
El lejano ruido de un tractor terminó de despertarme al amanecer. Al principio no le di importancia pero cuando el creciente rugido hizo evidente que la máquina se acercaba, me incorporé y eché un vistazo. Se acercaba directamente hacia donde yo estaba. Empecé a recoger la lona del refugio con tranquilidad. «¿Qué hace el jefe por aquí?», me saludó sorprendido el hombre que conducía, tras parar el tractor al llegar a mi altura. Lo acompañaba un chico joven. Ninguno de ellos esperaba encontrar a alguien allí a esas horas. Charlamos un rato. Venían de Casarrubios del Monte a recoger los higos del suelo… precisamente de la higuera donde la tarde anterior yo había estado a punto de acampar.
La rueda trasera amaneció deshinchada. Primer pinchazo del viaje. Las cintas protectoras no habían servido de nada porque el pinchazo era lateral, de una espina de aliaga, sin duda del corto trayecto del día anterior entre el camino y el olivo. Puse la cámara nueva de repuesto y después reparé el pinchazo con un parche que hice en el momento con un pedazo de cámara vieja.
La reparación del pinchazo retrasó la salida hasta las 10:45. Estaba a solo 10 km de Cedillo del Condado y la única vía para llegar era la CM-4004.
En la incorporación a la carretera, que es también el acceso a la empresa, un curioso cartel rezaba «Basura», sin especificar si la vendían o la alquilaban o la fabricaban…
Una hora más tarde, otro cartel me ofreció una buena excusa para descansar un momento: «250 €. Al mes», dice el curioso texto. El símbolo «€» es tomado por abreviatura que necesita punto; y «lógicamente», después de punto va mayúscula. O bien son dos frases; pero si son dos frases, falta el punto final de la segunda. ¿O quizá es un jeroglífico? Era mediodía; hacía demasiado calor para permanecer allí descifrándolo.
A las 13 llegué a Cedillo del Condado, tras 10,2 km en el día. Mi búsqueda de una fuente terminó en una que tenía el agua cortada. Por suerte la pareja que estaba sentada allí cerca, bebiendo cerveza en la calle a escondidas del coche patrulla de la policía local, tras interesarse largamente por mi bici, me indicaron dónde había otra fuente, que resultó mucho mejor: a la puerta del colegio público del pueblo. Una fuente de varios caños, con un pilón que me permitió lavar cómodamente alguna ropa. Decidí quedarme a comer allí, en uno de los bancos cercanos, una vez terminaron de salir los últimos alumnos y profesores.
El lugar fue providencial por otro motivo: de la rotonda al final de la calle del colegio partía un camino que, comprobé en el mapa electrónico, conducía a Yuncler atravesando la N-401. No tenía claro si esto me iba a permitir atajar o me iba a hacer dar un rodeo. Pero ir por caminos es mucho más agradable que por carretera.
A las 15:30 dejé atrás Cedillo del Condado, camino de Yuncler.
No llegué muy lejos. Al rato, tras solo 2,8 km de recorrido, tras cruzar la CM-41, paré en un solitario olivar que se abrió a mi derecha, ideal para acampar. Aún era pronto pero decidí descansar el resto del día y dormir allí. El incómodo viento que al rato se levantó, y no cesaría hasta la noche, hizo muy difícil el descanso, pero a pesar de ello preferí quedarme.
Distancia recorrida en el día: 15,2 km.